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miércoles, 11 de febrero de 2015

Libertad para trabajar o Igualdad para depender

Libertad para trabajar o Igualdad para depender

Muchas veces me preguntan ¿qué es la libertad? Los debates se vuelven interminables, citas a autores, se recuerda hechos dolorosos de dictaduras pasadas. Incluso miras con condescendencia a quienes no entienden de modo sencillo aquellas ideas que normalmente entendemos como realidades en nuestro entorno. Sin embargo, siempre quedan en estos debates tareas a mi interlocutor: 1. que lea este libro u otro 2. que resuma un  artículo o panfleto relacionado a la libertad.

Todas estas acciones realmente son ideales, sin embargo, después de mucho meditar y llamar a mi ángel creativo (o demonio según dependa el tipo de creación) he llegado a la conclusión que todo lo que defiendo es la libertad para trabajar y ser independiente, un ser capacitado de moverme por el mundo con la plena posibilidad de tomar mis centavos y mandarme a cambiar desde Guayaquil a Nueva York pasando por Madrid o quizás Berlín con la plena capacidad de poder desarrollar mis potencialidades con el mismo ímpetu de cualquier habitante de estas ciudades. 

Es cierto, suena tan maravillosa esa capacidad. Nos obstante, como todo en la vida hay truco (o costos de transacción como solemos decir los economistas), la capacidad de ser libres para trabajar en el mundo depende plenamente de todas las herramientas o inversiones de capital que cada uno de los individuos ha hecho en su propio cerebro; las incontables noches de largas y profundas lecturas de libros de matemáticas, ingeniería literatura, idiomas, física, química, poesía, y así podría seguir un buen rato. Pues si, la libertad depende de un cúmulo de responsabilidades inherentes a esa libertad. 

Es importante entender que en este momento es muy difícil quedarse únicamente con los pueriles conocimientos universitarios, la realidad es que las comunicaciones han logrado convertirnos en personas que anhelamos el constante cambio y la frecuente renovación de conocimiento en muchas áreas: entretenimiento, trabajo, amor solo por nombrar algúnas.
Libertad o dependencia, al final, solo tu eliges.


Luego de entender esto, toca analizar el otro extremo hay quienes tienen, con todo el derecho del mundo; eso si, el deseo de ser igual para depender y en el mediano plazo ser esclavos. Es decir, aquellas personas que siempre hechan la culpa de los problemas a los gobiernos o a los tomadores de decisión o generadores de opinión. En pocas palabras, buscamos el igualitarismo de caracteres materiales: mismo números de posibilidades para conseguir trabajo, para obtener comida, para vestirse. De hecho ahora que lo pienso es un modo de adaptarse a las acciones que se toman en horda como recordando a nuestros primeros días de convivencia en pequeños clanes donde se repartía igualitariamente los recursos obtenidos fruto del trabajo de los cazadores-proveedores de dicho clan.

Hasta este punto se debe aclarar que si bien ese estilo de vida funcionó eficientemente durante muchos siglos, fue el desarrollo de la especialización y posteriormente el comercio entre distintos individuos especializados, que permitió en última instancia a los miembros de esta comunidad desarrollar más eficientemente las tareas a las que estaban asignados por desempeño en el clan.
 
La división del trabajo, eleva la cantidad de bienes y servicios entre individuos.
Pero realmente sirve ser libre o es mejor ser dependiente, eso lo decides tu querido lector.


Es así como, se logra en la medida de lo posible, argumentar por mi creencia: Libertad para trabajar o también en la creencia de los demás Igualdad para depender. ¿Querido lector cuál eliges tú?

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