Haciendo una analogía y un análisis breve de esta situación tenemos muchos temas que abordar:
1. Los esfuerzos de cumplir la ley, es decir, respetar los turnos de llegada no son los más adecuados.
2. Ejercemos una falacia de "amistad" al otorgar concesiones a los individuos, pues ser "amigo" bajo ningún aspecto otorga garantías de que ese individuo haya hecho un verdadero esfuerzo por llegar a tiempo a esa cola de espera.
3. Reclamar en ese sistema si bien, significa una alerta que existe un cambio en la mentalidad de al menos unos pocos individuos que atendemos esa "cola de espera" que bien podría ser la vida; por otro lado no significa una solución en el corto o mediano plazo.
4. Cuáles son los beneficios de transmitir el mensaje de respeto a la propiedad privada, a la justicia y a los contratos (acuerdos sociales) que debemos aprender para respetar la "cola de espera" de la vida.
5. ¿Vale la pena reclamar acerca de estos atropellos?
El indiviudo, esa partícula infinitesimal en el colectivismo. |
Quizás querido lector, este mensaje pudo no ser escrito, bastaba con caminar unos cuantos pasos de mi parte y encontrar un "amigo" para ganar algunos puestos de ventaja en la "cola de espera" pero finalmente no claudiqué y a pesar del atropello de ver con total indiganción como tres personas se colaban delante de mis narices y luego de mi airado reclamo una de estas personas argumentara que lo hacía porque todo el mundo lo hace, pude obtener mi premio de sentarme en el bus y logré plasmar mientras viajaba rumbo a mi trabajo estas líneas que comparto contigo.
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